¡Saludos camaradas! tenía ya un buen de tiempo que no le dedicaba un espacio a la Literatura en este blog, así que el día de hoy decidí hablarles un poco de este libro que me encontré en el Walmart a $59 pesos: Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary W. Shelley.
Como soy fan del género del suspenso y el terror (léase literatura, comics, videojuegos, cine, radio, series de tv), no podía dejar pasar esta ganga de libro, que además traía un plus al contener varias ilustraciones dentro del libro para aderezar la lectura, hechas las mismas por Juan Ramón Alonso, y que al momento de presentarnos a el monstruo de Frankenstein lo dibuja tal cual el personaje de Boris Karloff, quién interpretó al monstruo en la obra cinematográfica del mismo título hecha en 1931 dirigida por James Whale, y que es la imagen que todos nosotros evocamos al escuchar la palabra: Frankenstein, que dicho sea de paso el que se llama así es el doctor que creó a la criatura, también aparecida en videojuegos como la serie de Castlevania o en el propio videojuego que tuvo el monstruo realizado por Bandai, o hasta en las películas del Santo.
La primer película que yo vi de la historia del monstruo de Frankenstein no fue la de Karloff, sino otra película más moderna, también adaptada de la historia de Mary W. Shelley, y así, hay una infinidad de películas, obras de teatro, series de TV (Los Monsters), etc en donde aparece o se parodia a este personaje, incluso la primer obra de cine data de 1910, pero la que lo inmortalizó fue la de 1931.
Al comenzar a leer pensé que me encontraba con un género único, cuál sería mi sorpresa al ver que aún en estos días es difícil encajonar a este libro en una categoría específica, al no ser ni un relato de terror como se pretendía por la misma autora Mary W. Shelley que fuera en un principio, ni tampoco contener los elementos necesarios para que sea Ciencia Ficción, y si estar más inclinado a una novela de romance y drama. Incluso el autor de la introducción Alberto Marín Carreño señala como los especialistas del tema han identificado la obra como una proyección de la vida de la autora, en un breve psicoanálisis de la misma.
Me agradó mucho de este libro la empatía que llegué a sentir por todos y cada uno de los personajes. La autora hace que cada personaje de la obra tenga su escena de protagonismo, y en unas ocasiones ciertos personajes se presentan como unos monstruos insensibles ante los ojos del lector, para después cambiar a unos infelices que son dignos de dar lástima. Tales sentimientos hacen que los protagonistas se vuelvan antagonistas y viceversa.
La versión del cine de 1994 dirigida por Kenneth Branagh definitivamente tiene otro enfoque, podría decir que ni mejor ni peor, simplemente es distinta, al trata temas que no toca la versión escrita, pero carecer de otros que si vienen en el libro. Es una muy buena película, que les recomiendo ver, más si ya la vieron léanse también el libro, encontraran muchas cosas nuevas y una historia ligeramente distinta.
El libro deja enseñanzas profundas a quien lo lee, ya que es una crítica a los valores conservadores arraigados en la sociedad europea de principios del siglo XIX, y trata de infundir una filantropía como su mismo significado conlleva, ajena a los intereses económicos, aspecto físico o nacionalidad de las personas.
La novela apareció anónima en 1818, cuando la autora tenía 21 años, lo que no dejó de sorprenderme cómo a tan temprana edad haya sido capaz de escribir un libro así.
¡Pasen buenos días!
Lei el libro mucho antes de las peliculas y te das cuenta que las adaptaciones trasgiversan completamente una historia.
La parte donde el mounstruo pide ayuda al ciego y no se la presta. Te deja pensando muchas cosas y te muestra como la apariencia exterior rige gran parte de nuestras vidas. Por ejemplo, la ingenuidad es el encanto principal en una mujer bella. En cambio a una mujer fea le diras: ¡Que pendeja!.